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El juego heurístico (1-2 años)

Tanto el Juego Heurístico como el Cesto de los Tesoros son dos grandes proyectos a desarrollar en el primer ciclo de Educación Infantil.

El juego heurístico es una actividad de juego, donde los niños/as o interactúan con los diferentes tipos de material. Es una continuación del cesto de los tesoros y se inicia desde que el niño/a comienza a desplazarse, hasta los 24 meses.

En la escuela se trabaja desde un enfoque constructivista, y el juego heurístico está íntimamente relacionado. El niño/a es el protagonista de sus aprendizajes (investiga, descubre…), parte de lo que sabe cada niño/a, facilita el aprender de él y de los otros. Favorece el aprendizaje por descubrimiento, el conocimiento de la realidad, la autoestima y respeta el ritmo y las necesidades de cada niño/a.

Al igual que en el cesto de los tesoros, el juego heurístico también desarrolla capacidades cognitivas (comprender, relacionar, conocer…), perceptivas (visión, oído, tacto, gusto, olor), corporales (motricidad gruesa, fina), éticas (respetar, colaborar…),  afectivas (disfrutar, valorar, querer…), sociales (colaborar, compartir…).Los/as niños/as descubren a través de los sentidos las características de los objetos que manipulan, realizando así nuevos aprendizajes.

Además del aprendizaje del niño/a, el juego heurístico propicia la colaboración y relación de las familias con la escuela, aportando  los materiales.

El material utilizado en estas sesiones debe ser objetos naturales, de piel, metal, papel, madera, cartón, corcho, evitándose los materiales plásticos o los juguetes.

La sesión de juego heurístico se divide en dos partes muy importantes. La primera es la fase del juego, donde los niños/as experimentarán con los objetos y la segunda es la fase de la recogida en la que tendrán que clasificar y organizar el material en su lugar correspondiente.

En estas sesiones, el material se coloca en tres focos, en los que colocaremos tres tipos diferentes de materiales y a los que les añadiremos contenedores (objetos también naturales con los que el niño/a puede transportar, trasvasar, etc… los materiales durante la sesión).

Para la recogida del material utilizamos sacos en los que los niños/as organizan los materiales.

La duración de la sesión es de 40 minutos aproximadamente, dependiendo del interés de los niños/as y del desarrollo de la misma, de los cuales se utilizan 20-25 minutos para el juego y el resto para organizar el material.

El espacio del aula debe de ser lo más amplio y diáfano posible, evitando los materiales que pudieran distraer su atención. También es necesario crear un clima tranquilo con el menor número de interrupciones posibles.

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El cesto de los tesoros (0-1 año)

Tanto el Juego Heurístico como el Cesto de los Tesoros son dos grandes proyectos a desarrollar en el primer ciclo de Educación Infantil.

El cesto de los tesoros es una propuesta de juego ideada por Elinor Goldschmied que ofrece a los niños/as en el primer año de vida (cuando son capaces de mantenerse sentados) la posibilidad de descubrir el mundo a partir de su propia actividad.

Es una actividad sistematizada que responde a la demanda de exploración y actividad autónoma (no dirigida) de los niños, poniéndolos en contacto con una variedad de objetos y elementos adecuados, que no tiene uba finalidad única y predeterminada, sino que ofrece el máximo de oportunidades de estimulación del desarrollo infantil.
La posición de estar sentado aporta al bebé un nuevo punto de vista, un mayor dominio sobre su entorno inmediato, sus ojos y sus manos alcanzan todo mucho mejor. Sólo puede tocar aquello que los adultos ponemos a su alcance.
Así cobra gran importancia el cesto de los tesoros, como fuente de estímulo y de conocimiento, aprovechando esa inamovilidad que tanto favorece la concentración del niño.
Los objetos y materiales diferentes son seleccionados cuidadosamente para que proporcionen al niño una amplia gama de experiencias sensoriales que estimulen sus cinco sentidos, y sus primeros movimientos corporales.
Con los objetos del cesto, los niños reciben muchas más «informaciones» que con los juguetes convencionales (que se compran en las tiendas), porque le ofrecen referencias claras sobre la textura, peso, olor, sabor, temperatura y consistencia.
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Estos objetos son considerados como verdaderas herramientas de aprendizaje, que se tienen que renovar, en parte, cada 15 días, puesto que la presencia prolongada de un mismo objeto ya no satisface la curiosidad del niño ni estimula su interés.
Otra característica importante que presenta el material del cesto de los «tesoros» es su fácil adquisición, y a su vez el bajo coste, ya que muchos de estos materiales son objetos que tenemos en casa y que podemos recuperar o reciclar, o directamente de la naturaleza.
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Caracteríticas evolutivas 1-2 años

Habitualmente se denomina al niño de 1 año como deambulador, ya que se caracteriza por una conducta predominantemente motora.
El grupo de niños de esta edad tiene un tiempo de atención limitada, y en todas las actividades que se realicen es de fundamental importancia la intervención del adulto.
Los niños de esta edad buscan su independencia y desplazarse libremente, necesitan tocar, manipular, explorar el medio lo cual obliga al adulto a estar atento a sus iniciativas.

Aspecto Motriz:
A partir de los 12 meses pueden sostener su peso en la posición de pie y mantener el equilibrio cinético caminando, al comienzo con algún sostén. No obstante, mantiene flexionadas las rodillas y balancea los brazos para reforzar este precario equilibrio hasta alrededor de los 18 meses.
– 12 a 18 meses: durante este período marchan ya sin sostén, con sus piernas separadas, alternan el gateo con la marcha, y en algunos casos, ante el apuro gatean, toman objetos con la pinza de dos dedos: pueden pasar las páginas de un libro de a dos o tres juntas.
También a partir de este mes, generalmente, los niños logran mayor seguridad en su marcha, bailan al compás de una melodía, mira libros de fi guras y garabatean.
– 18 a 24 meses: ya en este período comienza el correteo, pueden subir y bajar escalones con ayuda del adulto, utiliza un medio para llegar algún fin, por ejemplo: empujar una silla hasta el lugar determinado y se sube para alcanzar un objeto que de otra forma no podría agarrar. Logran trasvasar elementos.
Su campo de exploración se amplia notablemente en el transcurso de este período. En ocasiones a esta edad, disfrutan arrojando objetos al aire, así como también le agrada introducir los dedos en orificios y goza empujando, arrastrando y trasladando objetos.
También pueden, y les divierte empujar objetos; cajas, pelotas, con el pie.

Aspecto Socio-afectivo:
– El niño puede voluntariamente alejarse de su mamá y volver a ella cuando lo desee.
– Acepta separaciones por lapsos cortos de manera gradual.
– Pertenencia del objeto: el niño aprende a buscar el objeto en el último lugar en que lo vio desaparecer. Hay un proceso en la diferenciación del objeto en si, respecto de sus acciones hacia el.
– Trata de compartir su juego con el adulto.
– Comienza a interactuar de manera más activa con otros niños, gustando examinarse entre sí, mediante abrazos o empujones.
– Límites: los deambuladores son niños activos, con un gusto por la exploración y experimentación vigorosa y rigurosa. Debido a esta movilidad activa se hacen necesarios los límites. Estos deben no ser considerados como restricciones, sino como “medios para canalizar la conducta del niño de áreas de restricciones a áreas de libertad” por ejemplo: no podrá romper un libro pero se le puede poner a su alcance algún material del cual pueda disponer y manipular a su manera.

Aspecto Intelectual:
– Se constituyen nuevos esquemas, hay experimentación e investigación sobre todo aquello que es nuevo. La coordinación de los esquemas esta dirigida por la búsqueda de nuevos medios (utiliza los esquemas que posee, y ya conoce, para hallar nuevos).
– Conducta de soporte: acerca objetos alejados tirando hacia si del soporte en el que están colocados, por ejemplo, un niño quiere agarrar un juguete que esta sobre una manta y logra hacerlo tirando de ella. El niño tantea para lograr un objetivo y esto supone una nueva acomodación de los esquemas que posee a la nueva experiencia.
– Conducta del cordel: acerca el objeto mediante el cordel por ejemplo: tira una cuerda para que el camión que esta sujetado por ella llegue hasta el. Aquí se realiza una acomodación de tanteo dirigida por un esquema de asimilación.
– Conducta del bastón: se trata de llegar al objeto utilizando un elemento auxiliar, por ejemplo: el niño alcanza el objeto ayudándose con una varilla o bastón. Llega a la utilización de este elemento por tanteo y experimentación activa.
– El juego es el centro de sus movimientos; a través de él reproduce lo que más le impresiona o le agrada, asimila la realidad del mundo que lo rodea, vuelve a vivirla para dominarla o cambiarla. Es el comienzo del juego simbólico: hacer dormir a la muñeca, cantarles, darle de comer, y otra serie de acciones que imitan el comportamiento de los adultos hacia él o de él mismo.
– Su conducta es egocéntrica, aunque le gusta jugar en compañía de sus pares -juego paralelo- y goza repitiendo acciones sobre objetos para ejercer su habilidad.
– Disfruta manipulando masa, gustándole tocarla, apretarla, sacar y poner, abrir y cerrar.

– También se entusiasma garabateando con pinturas o tizas. Le agradan los juegos de construcción, los cuales mantienen su carácter de juego de ejercicio. En un primer momento, el niño juega solo limitándose a manipular y llevar de un lado a otro los bloques y apilarlos en montones irregulares. A través de estos juegos de construcciones y el placer que encuentra en hacerlas y derribarlas son actitudes en donde el niño afirma su “yo”.

Lenguaje:
– El niño de esta edad comienza la etapa de adquisición del lenguaje, pero en un primer momento su preocupación por caminar y explorar le hacen olvidar el hablar. Aprende el nombre solamente de cosas que ha experimentado previamente. Presta atención y comprende aquellas palabras que usan los adultos, especialmente aquellas que designan cosas de su interés.
– Tiene un vocabulario personal, subjetivo (nombra cosas que le agradan y las que no).
– Posee una gramática pasiva que le permite entender muchas oraciones emitidas por los adultos.
– Comienza a utilizar palabras que designan sus comidas preferidas, sus prendas de vestir, animales, juguetes, personas, etc.
– Comienza a combinar dos palabras en sus emisiones: gramática activa.
– A medida que madura comienza a sentir la necesidad de decir otras cosas para lo cual usa lo que ya sabía, más otras palabras nuevas que incorpora.
– Comienza a utilizar el lenguaje para: expresar sus sentimientos, establecer contacto afectivo, comunicarse con el adulto.

Desarrollo del niñ@ (0-1 año)

  • ¿Qué puedo hacer?
  • ¿Qué percibo?
  • ¿Qué siento?
  • ¿Qué digo?
  • ¿Qué pienso?
  • Propuesta de actividades

Propuesta 0-1m (pinchad para acceder)

Propuesta 1-2m

Propuesta 2-3m

Propuesta 3-4m

Propuesta 4-5m

Propuesta 5-6m

Propuesta 6-7m

Propuesta 7-8m

Propuesta 8-9m

Propuesta 9-10m

Propuesta 10-11m

La mariquita Pérez (2-3 años)

JUSTIFICACIÓN

La unidad didáctica está basada en el Real Decreto 88/2009 en el cuál están reflejadas las 3 áreas que se trabajan en el primer ciclo de Educación Infantil y por las que me tengo que regir para elaborar los objetivos y contenidos de la unidad didáctica en cuestión.

Nos encontramos con la clase “la fauna” en la cual se encuentran 9 niños y 11 niñas que les corresponden las edades de 3 años. Pertenecen  al primer ciclo de educación infantil.  Con los pequeños trabajaremos como tema central las mariquitas durante una semana. Esta elección es debido a que los pequeños estaban en el patio y uno de ellos vio al insecto y se puso a gritar llamando a la educadora, para que le dijera que era. Los demás niños/as se acercaron a curiosear y a preguntar. Por eso he elegido el tema porque creo que es un insecto que les llama mucho la atención al ser tan atractivo y es una manera también de explicarles que son los insectos y donde Sigue leyendo

Periodo de adaptación para los bebés de 3 a 24 meses.

La adaptación de un bebé de 3 a 24 meses a una escuela dependerá más de la actitud del personal docente y de los cuidadores que del bebé. Él no sabe a que va a la escuela, pero el personal de la escuela debe estar preparado para recibirlo. Además, este trabajo de preparación deberá ser compartido con los padres del bebé.

Actitudes de la educadora

– Al encontrarse con el bebé: aproximación, respeto, afecto, sin ansiedad ni agobio.
– Creación de un clima de seguridad afectiva individual y colectiva.
– Hay que mantener la tranquilidad ante manifestaciones de inadaptación del niño (rabietas, llantos, inapetencias) pero sin abandono.
– Atención individualizada -pero no exclusiva- sobre todo en los momentos cotidianos de: llegadas, despedidas, comidas; entendiéndolos como momentos de gran importancia para la relación individual-afectiva con el niño (tratando de evitar prisas, agobios, nervios, etc.).

Adaptación al nuevo espacio

– Conocimiento de la clase como lugar que le da seguridad, manteniendo los mismos puntos de referencia espaciales y temporales (a nivel de espacio: lugar de jugar, comer, dormir, cambiar, etc. y de tiempo: mantener los horarios de comida, siesta, cambios, etc.)
– Conocimiento del comedor e introducción poco a poco del patio.

Relación con los padres

– Dar confianza y seguridad a los padres.
– Poner límites claros a los padres desde el principio (puntualidad, ropa marcada, que al principio no entren mucho en sus clases en función de los otros niños) evitando los enfrentamientos.
– En esta edad es importante sin embargo organizar los horarios flexibles, para que si es posible el bebé permanezca en el centro menos de ocho horas/día.

Actividades

– En esta etapa debemos intentar una relación personal con el bebé, haciendo hincapié en la comunicación corporal. Que empiecen también a manejar el material de la clase, pero sin mezclarlo: torres, construcciones, telas, pelotas, etc.
– Respeta el juego libre sin dar demasiadas consignas, aprovechando para observar su comportamiento.
– Que la comida, siesta y cambios, no se conviertan en algo rutinario, dado que son momentos idóneos para establecer una comunicación individual (evitar prisas, nervioso, etc.).
– La siesta debe ser un momento de relajación y tranquilidad: ponga música y canciones suaves.